Jazz
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El saxofonista alto, Donald Harrison expone un profundo respecto por toda la tradición del jazz.
Pero su estilo solo refleja música africana, latina e influencias modernas, el vanguardismo y sus propias vivencias.
Harrison dice que “la música de jazz habla acerca del estado en que tu vida se encuentra”. Con habilidad y versatilidad este nativo de New Orleáns, tiene por sí mismo una audiencia receptiva en el Kennedy Center´s Theather.
Hablar de Donald Harrison es hablar de palabras mayores, es uno de los músicos más influyentes de su generación, entre los que están nada más y nada menos que la familia Marsalis, Terence Blanchard, con quien colideró un quinteto durante algunos años, Nicolas Peyton, Marlon Jordan y un largo etcétera.
Todos ellos provienen de Nueva Orleáns y aunque ninguno ha renunciado a sus raíces, se puede decir que Donald Harrison es el que más las ha utilizado y de una forma más creativa. Hijo de uno de los jefes más importantes del Mardi Grass de Nueva Orleáns, su carrera ha sido una permanente mirada hacia sus orígenes. Miembro de los Jazz Messenger de Art Blakey en 1982 y uno de los abanderados del movimiento neo-conservador en el jazz junto con Winton Marsalis y Terence Blanchard, está en su plenitud tanto formal como técnicamente.
Es difícil encontrar en estos momentos un saxofonista que una tan claramente la brillantez técnica con la accesibilidad como ocurre con Donald Harrison. Músico de músicos, que los aficionados de verdad admiran sin reticencia alguna. Innovador importantísimo de las esencias últimas del jazz ha pasado sin embargo casi desapercibido para el gran público. Ahora parece que ha llegado su momento, el momento de traspasar esa línea invisible entre el mundo de las minorías y el de los grandes públicos. Pocos tocan con el gusto con el que él lo hace, y menos aún lo hacen con su técnica y casi nadie con su facilidad y con su capacidad de comunicación. Tenerlo entre nosotros es un auténtico lujo que difícilmente olvidaremos.
